La Fundación Escuela de Solidaridad es un proyecto que pretende recuperar el sentido familiar de personas que, por diversas circunstancias, no han podido ni pueden experimentarlo. Se parte de un concepto de familia universal donde cualquier credo, idea, religión o convicción es aceptada e integrada plenamente, con el respeto como método de intervención y de desarrollo personal. Con estas premisas, la Fundación acoge en un hogar a personas que viven el desarraigo, la desventaja social, el maltrato o la exclusión: madres con hijos en situación de emergencia, jóvenes inmigrantes, adultos y adolescentes en riesgo.
El hogar es el punto de partida para la recuperación personal y en él se desarrolla el método y la formación clave para la integración futura en la sociedad. Esta idea hunde su raíz en un espíritu de “paternaje” o “maternaje” no biológico. Las personas dedicadas de forma vocacional a esta tarea actúan como cualquier padre o madre y no perciben remuneración económica por esta labor. El hogar es un espacio nutriente, que alimenta y promueve el aprendizaje de tareas y donde introducir nuevos contenidos es una constante.
La Fundación tiene una filosofía de apertura, de no poner condiciones a las personas que acoge en el hogar, salvo en el caso de personas adictas (al alcohol, drogas, juego etc.. ) que se derivan a centros especializados. Al mismo tiempo se produce un fenómeno de retroalimentación a través del tiempo. El testimonio de los más antiguos en el hogar se convierte en modelo a seguir para los recién llegados.